La mucosa nasal es altamente irrigada por lo que es propensa al sangrado ante lesiones o traumas. Si el sangrado es abundante, persistente y no se detiene, asista a valoración por urgencias. Evite lastimar la mucosa nasal, rectifique la realización de la higiene nasal porque puede estar aplicando demasiada fuerza.
El dolor de pecho y de cabeza persistentes requieren de una valoración médica presencial para ampliar sus características, teniendo en cuenta el antecedente de dislipidemia.