Un quiste es un saco lleno de líquido que se forma sobre o dentro del ovario. Cada mes, durante el ciclo menstrual, crece un folículo (donde el óvulo se está desarrollando) en el ovario. La mayoría de los meses se libera un óvulo de este folículo, lo cual se denomina ovulación. Si el folículo no logra abrirse y liberar el óvulo, el líquido permanece dentro del folículo y forma un quiste (quiste folicular). Otro tipo de quiste, llamado quiste del cuerpo lúteo, se presenta después de que un óvulo ha sido liberado de un folículo. Este tipo de quiste a menudo contiene una pequeña cantidad de sangre. Los quistes ováricos son más comunes en los años de la edad reproductiva desde la pubertad hasta la menopausia. Los quistes ováricos con frecuencia no causan síntomas. Un quiste ovárico tiene más probabilidad de causar dolor si se vuelve grande, sangra, se rompe, interfiere con el riego sanguíneo al ovario, se golpea durante la relación sexual, se tuerce o causa torsión de las trompas de falopio. Los síntomas de los quistes ováricos pueden abarcar: distensión o hinchazón abdominal, dolor durante la defecación, dolor pélvico poco después del comienzo o finalización del período menstrual, dolor con las relaciones sexuales o dolor pélvico durante el movimiento, dolor pélvico constante y sordo, dolor pélvico intenso y repentino, a menudo con náuseas y vómitos, que puede ser un signo de torsión o retorcimiento del ovario en su riego sanguíneo o ruptura de un quiste con sangrado interno. Los cambios en los períodos menstruales son infrecuentes con los quistes foliculares y son más comunes con los quistes del cuerpo lúteo. Se puede presentar manchado o sangrado con algunos quistes.