Si ya se encuentra en tratamiento antibiótico, no se le debe detener la expectoración o flema porque esta es la forma en la que el cuerpo saca de los pulmones los fluídos que estén contaminados con el virus o bacteria que esté causando la infección. Mientras se encuentra en tratamiento antibiótico asegúrese de mantenerle bien hidratado para ayudar con la movilización de dichas secreciones y si persiste aún cuando ya fue tratado, consulte nuevamente al pediatra.