Las precauciones generales de una embarazada dependen de su estilo de vida, el cual en general no deben modificar de gran manera. Puedes seguir con tu vida diaria normal, con tus relaciones sexuales y vida en pareja cotidianas, pero si debes estar atenta a las recomendaciones que te realice tu médico en tus controles prenatales, los cuales se deben realizar cada mes. Debes consumir las vitaminas necesarias para que el bebé crezca sin malformaciones (calcio, hierro y ácido fólico), debes realizarte todo el perfil de infecciones (VIH, sífilis, toxoplasma, rubeola, citomegalovirus, hepatitis, entre otros) y demás exámenes como cuadro hemático, examen de orina y glicemia.
Es importante además que lleves una alimentación balanceada y saludable durante tu embarazo, tratando de cuidarte de alimentos que generen un aumento innecesario de peso. Se recomienda consumir alimentos con alto consumo de hierro (como las verduras y carnes), frutas, fibra (como la avena y linaza) y alimentos proteicos como el pescado o el pollo. Trata de no consumir gaseosas en lo posible, ni mucho café, no sobra decir que está completamente prohibido el consumo de alcohol, drogas o cigarrillo por su efecto en el bebé. No consumas energizantes y mucho menos medicamentos aunque sean naturistas sin fórmula médica. En este caso podrías realizar una visita con el nutricionista, ya que dependiendo de tu peso y las semanas de embarazo que tengas, se debe estructurar el mejor plan alimentario.
Lo más importante es que estés atenta a ciertos signos de alarma, si los presentas debes acudir al servicio de urgencias: dolor de cabeza intenso, sangrado vaginal, dolor abdominal intenso, ardor o dolor al orinar, fiebre, salida de líquido por vagina, pitidos en los oídos, que veas lucecitas, hinchazón en los pies o manos.
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