La pornografía no es considerada una droga, no obstante, pueden existir situaciones de adicción o consumo excesivo del mismo. Esto se considera así cuando ocurre una alteración de los patrones cotidianos o existen faltas en los ámbitos social, escolar o laboral ocasionados por la visualización constante del material pornográfico.
Debido a que se trata de una actividad estimulante de carácter erótico o sexual, los centros cerebrales principalmente involucrados serían el sistema límbico, el núcleo estriado y el hipotálamo.