La leucemia se produce cuando ciertas células se vuelven cancerosas y se infiltran en la médula ósea. Existen factores de riesgo, como un sistema inmune debilitado, que predisponen a desarrollar esta enfermedad. Una leucemia puede tener diversas manifestaciones. Entre las más frecuentes están: palidez, debilidad, pérdida de peso, sudoración nocturna, estados febriles, infecciones frecuentes, aparición de lesiones moradas en la piel sin aparente razón, pérdida del apetito, entre otras.
Lo normal es que los pacientes presenten síntomas en el momento del diagnóstico, pero a veces permanecen asintomáticos (sin síntomas) y la leucemia se diagnostica al realizar una analítica de sangre. Con frecuencia refieren astenia (cansancio), anorexia (falta de apetito) y pérdida de peso. La mitad de los pacientes presenta fiebre y sudoración, sobre todo nocturna. En el 50% de los enfermos se aprecia diátesis hemorrágica cutánea o mucosa (hemorragias en la piel o las mucosas).