Probablemente es por la tensión que se está generando por el aumento del tamaño de tu útero. Sin embargo, esta tensión no debe ser sostenida. El útero no tiene aún un tamaño suficiente como para generar un espasmo o una contracción sostenida. Si te vuelve a ocurrir esto, lo ideal que mantengas la calma y acudas con tu médico general o ginecólogo para que evalúen la situación y puedan ayudarte tan pronto como sea posible.