Es posible que inmediatamente después a la caída experimente incomodidad o algunas molestias que condicionen el rechazo a los alimentos. Pero esto no debe ser un síntoma marcado ni persistente. En este sentido la persistencia de náuseas y rechazo a la comida sugiere un proceso infeccioso gastrointestinal asociado sin relación directa con la caída.
Si presenta heridas grandes o limitación marcada en la movilidad, es necesario que acuda a urgencias a revisión de sus extremidades.