Sí, es normal que el aspecto de la orina varíe de acuerdo a la cantidad de líquidos que hayas bebido previo a la micción. Por ejemplo: Con el consumo abundante se induce, por parte del riñón, la dilución de la orina por lo que su aspecto será más claro, incluso podría ser casi transparente.
Por el contrario cuando no hay un adecuado estado de hidratación el cuerpo tiende a retener el agua y la orina tendrá un aspecto más oscuro propio de la concentración de la misma.