Existen varias causas para esta sintomatología. La más frecuente es la dispepsia (también llamada gastritis), que es cuando se inflama la mucosa del estómago. Esto puede ocurrir por diferentes causas como el consumo de alcohol o tabaco, alimentos irritantes, fármacos (antiinflamatorios no esteroideos), estrés o infecciones por Helicobacter pylori (una bacteria). Lo más importante para disminuir los síntomas es evitar el uso prolongado de medicamentos como naproxeno, ibuprofeno o ácido acetilsalicílico, reducir o suprimir la ingesta de alcohol y evitar alimentos que causan acidez (picantes, gaseosas, leche, grasas, cítricos, chocolate, el tomate, entre otros). Si los síntomas persisten o empeoran, te recomiendo consultar con tu médico tratante para una valoración presencial. Debes tener en cuenta los siguientes signos de alarma por los cuales debes asistir al servicio de urgencias: vómito con sangre, deposiciones color negro, fiebre, pérdida de peso, vómito persistente, disfagia (dificultad para deglutir), distensión abdominal o presencia de masas.