Los dolores después de consumir leche pueden indicar que usted está desarrollando intolerancia a la lactosa y la solución para esto sería simplemente dejar de consumir lácteos. Sin embargo, la presencia de sangre en las heces no es típica de la intolerancia a la lactosa y si debe ser una señal de alarma: si usted vuelve a tener sangrado es recomendable acudir a un servicio de urgencias o cita pronta con medicina general para estudiar la causa (puede tratarse de hemorroides, fisuras anales, entre otros).