Dependiendo del grado de modificación de estilos de vida y la adecuada realización de estos, los cambios pueden evidenciarse desde 1-6 meses después de su implementación.
Los cambios grasos a nivel del hígado suelen estar relacionados con alteraciones metabólicas facilitadas por el sobrepeso, el sedentarismo y malos hábitos alimenticios.
Es recomendable que realice actividad física iniciando con 30 minutos diarios de actividad aeróbica moderada como caminata rápida, natación, bicicleta o trote lo cual podrá incrementar gradualmente en intensidad y duración. Acompañe esto de una alimentación balanceada rica en frutas y verduras, incrementando el consumo de proteínas y reduciendo la ingesta de empacados, productos de panadería y repostería, alimentos muy grasosos o ricos en azúcar.
Acuda a control médico y si desea complementar el acompañamiento acuda a control nutricional.