En pacientes con trastornos alimenticios el bupropion se asocia a un incremento de riesgos por:
- Riesgo incrementado de convulsiones.
- Riesgo de variaciones en el peso que pueden afectar la evolución del trastorno alimenticio.
- Algún riesgo de exacerbación de síntomas psicóticos en algunos pacientes, por la actividad en la dopamina.
En su caso, con más de 15 años de evolución sería necesario valorar su estado actual y claridad de los antecedentes para determinar su posible uso.
Respecto al bupropion y el trastorno afectivo bipolar, puede emplearse en cuadros de predominio de depresión en pacientes selectos con un acompañamiento adecuado. Debido a su actividad dopaminérgica, no sería ideal en el manejo de episodios psicóticos.
Recuerde que automedicarse implica un peligro para su salud.