El trastorno afectivo bipolar corresponde a una condición crónica en la que el individuo realiza episodios de felicidad excesiva (manía) que puede o no asociarse a episodios depresivos.
El mayor riesgo al no tomar la medicación es el desarrollo de episodios agudos que comprometen su funcionalidad y estado general y que a largo plazo han sido relacionado con deterioro neurológico y cognoscitivo.
Es recomendable que su hijo y su red de apoyo entiendan la importancia del manejo farmacológico y que lo cumplan, así como los controles médicos periódicos.
El manejo del trastorno afectivo se realiza con fármacos moduladores del afecto como el litio y los anticonvulsivantes. Se pueden asociar otros tipos de fármacos de acuerdo a los síntomas predominantes del individuo.