La debilidad de una extremidad puede tener un origen muscular o nervioso, que requeriría de una valoración y estudios médicos complementarios, con el fin de establecer causas como condiciones inmunológicas, compresión de los nervios, trastornos metabólicos.
De forma aislada y pasajera puede no representar mayor alteración, podría asociarse con una compresión del brazo al dormir, fatiga, estrés o ansiedad.
Si esta molestias es persistente o recurrente es necesario que asista a control médico.