El hecho de que su hijo reciba alimentos a pesar de que estos no son considerados saludables, significa que la falta de apetito de su hijo no se relaciona con un problema de salud sino que probablemente tiene que ver con las preferencias que este tiene sobre la comida. En muchos casos, los niños prefieren no comer la comida saludable porque saben que eventualmente si no comen les ofrecerán comida más atractiva para su sentido del gusto como son los dulces o comida chatarra.
Puede tomar tiempo acostumbrar al niño a comer los alimentos que mejor lo van a nutrir pero es un esfuerzo que vale la pena. Es importante la paciencia y sobretodo, la astucia de la madre para volver más atractivos a los sentidos del niño los alimentos que este debe consumir. Puede intentar alimentarlo con comida saludable mediante juegos o utilizar platos y cubiertos decorados con personajes populares de caricaturas que su hijo pueda reconocer.
También podría relacionar la hora de la comida con incentivos para que el niño sea mas abierto a comer alimentos saludables. Podría ofrecer algún postre como premio por haber terminado con sus vegetales o un paseo al parque.
Los niños son bastante sagaces a la hora de saber elegir que alimentos prefieren y como hacer para obtenerlos, por lo que si cada vez que su hijo no quiere comer vegetales o frutas o sopa usted termina ofreciéndole chocolate, pan o gelatina, este siempre esperará llevarla a usted al punto donde no puede negarle este tipo de alimentos poco nutritivos.
Si su niño a pesar de estar alimentándose de manera poco nutritiva se encuentra en buen peso, es activo y de buen ánimo, entonces no debería ameritar una consulta médica.