Si, si no se trata oportunamente, la Difteria puede conducir a la muerte. Es una infección causada por la bacteria Corynebacterium Diphtheriae, se transmite fácilmente de una persona a otra, ya sea por contacto directo o por vía aérea, a través de la gotas respiratorias emitidas al toser o estornudar, también puede diseminarse a través de tejidos u objetos contaminados.
Sus signos y síntomas, suelen manifestarse entre 2 y 5 días después de la exposición, pueden ser leves hasta graves:
- Fiebre.
- Dolor de garganta.
- Espesa placa gris o blanca en el fondo de la garganta.
- Dificultad respiratoria y para la deglución.
- Tos seca.
- Inflamación de los ganglios linfáticos.
Para tratar esta infección se administra una solución de antitoxina diftérica por inyección intravenosa o intramuscular. También se administran antibióticos para eliminar la bacteria, poner fin a la producción de toxina e impedir el contagio de otras personas.
Todos los niños del mundo deberían estar inmunizados contra la difteria. Una ronda básica de 3 dosis, administradas en el curso del primer año de vida, sienta las bases para adquirir inmunidad vitalicia. Los programas de inmunización deben asegurarse de que más adelante, durante la niñez o adolescencia, cada cual reciba otras 3 dosis de refuerzo de una vacuna que contenga la anatoxina diftérica. A cualquier edad, toda persona que no esté vacunada contra la difteria, o que lo esté solo parcialmente, debe recibir las dosis necesarias para completar la vacunación.