Significa que el corazón está latiendo un poco más despacio de lo normal, lo cual es normal en personas que han sido deportistas, con esa frecuencia y sin presentar síntomas como mareos, desvanecimientos, no hay ningún problema, debido a que está muy cerca a la normalidad que es entre 60 y 100 latidos por minuto. Si se presentan síntomas, es necesario que se acuda a control con el médico tratante.