Esto generalmente sucede como respuesta a una reacción de hipersensibilidad o alergia, aunque siempre es necesario descartar a través de una valoración clínica la presencia de ectoparásitos, la función hepática, los defectos nerviosos, el estado mental, entre otros. Es común que se receten antialérgicos de venta libre y algunas cremas o lociones con base a capsaicina o calamina con el fin de aliviar los síntomas. Si el prurito persiste a pesar de ello suele ser necesaria una valoración clínica.