El útero alcanza su tamaño fisiológico definitivo una vez que culmina el desarrollo sexual y se ha alcanzado la edad adulta. Durante el embarazo las fibras musculares que lo componen se estiran para pasar del tamaño de una naranja hasta el de una sandía.
Una mujer que no está embaraza no debería ser capaz, en condiciones normales, de palpar su propio útero a través de la pared abdominal. Si se logra palpar habría que considerar:
-Miomatosis uterina.
-Adenomiosis o endometriosis.
-Alteraciones estructurales malignas.
Durante la menopausia el útero tenderá a involucionar y disminuir de tamaño.