Las papas, familia de las solanáceas (como las berenjenas, pimientos y tabaco), sobretodo si son papas germinadas o verdes, producen dos glicoalcaloides, solanina y chaconina, que pueden resultar peligrosos para los seres humanos en altas concentraciones. Su concentración es mayor en estos alimentos crudos por lo que se sugiere la cocción de los mismos, de todas maneras la papa verde no debe ser consumida de ninguna manera. Estas toxinas pueden causar:
-Náuseas.
-Calambres.
-Dolores de cabeza.
-En casos extremos insuficiencia orgánica.
La papa cruda también contiene antinutrientes ue actúan como inhibidores de enzimas (proteasas), sobretodo en su cascara. Además, los almidones de la papa suelen ser indigeribles para el humano si no son cocidos por lo que un indigestabilidad puede provocar hinchazón, cólicos y flatulencias debido a la formación de gases en el intestino por acción de las bacterias que allí habitan.
En contraparte algunos efectos beneficiosos se han adjudicado al almidón crudo de la papa, sobretodo en lo que respecta al cáncer de colo, sin embargo, dejar reposar y enfriar una papa cocida puede tener los mismos efectos beneficiosos que la papa cruda.