Esto puede suceder porque al momento en que se está formando el feto, las células crecen de manera independiente pero al mismo tiempo. Unas se encargan de realizar la formación de tejidos en la mitad derecha del cuerpo mientras que las otras células lo realizan en el lado contrario. Produciendo que al final se encuentren y se unan. Esto quiere decir que las dos mitades de una persona nunca son iguales, aunque si extremadamente similares. Por lo anterior sucede que por ejemplo un ojo sea más grande que el otro, o una ceja esté dispuesta de una manera diferente a la ceja contraria. Esto es algo totalmente normal y no consiste como tal de una patología.