El sudor excesivo puede relacionarse con las condiciones climaticas, la obesidad, el sobrepeso, condiciones metabólicas como el hipertiroidismo, o hiperhidrosis primaria. El sudor de predominio nocturno puede relacionarse a procesos crónicos usualmente relacionados con otra sintomatología como escalofríos, pérdida de peso, tos.
Si las molestias persisten, puede acudir a evaluación médica para una valoración inicial y determinar la necesidad de estudios complementarios.