Ocurre porque hay cambios en el cuerpo de la mujer embarazada y durante el día el útero reposa sobre los vasos del abdomen generando una disminución y dificultad en el retorno venoso y por tanto en la circulación. Al acostarte en la noche, sobre todo de lado, hay una descompresión de estos vasos y se favorece el retorno venoso y la circulación general. Esto puede explicar que te pongas más caliente de la cintura para abajo.