Cuando se está cursando con un proceso infeccioso a nivel gastrointestinal lo más importante es evitar la deshidratación, por lo que se debe aumentar el consumo de líquidos y beber sales de rehidratación oral para reponer las pérdidas causadas por el vómito o la diarrea. Se recomienda así mismo llevar una dieta astringente mientras los síntomas mejoran, esto incluye evitar comidas grasosas, picantes o ácidas. Se sugiere evitar los fritos, lácteos y los dulces. Puede consumir caldos de pollo o carne, papa, arroz, plátano, pan o frutas como manzana, pera, guayaba o durazno.