La piel de los párpados es sumamente delicada y delgada, siendo susceptible a la fácil inflamación ante diversas situaciones. El cansancio, la falta de sueño, las alergias y el llanto pueden generar una inflamación transitoria de la piel que rodea los ojos haciendo que estos presenten un aspecto redundante y abotagado lo cual es completamente normal, no tiene ninguna repercusión sobre el órgano de la visión o la función de los párpados.
Si esa inflamación llega a ser muy severa, es decir que impida abrir los ojos, duela o se vea enrojecida, sería un hallazgos anormal y deberías consultar con el Oftalmológo.