El riesgo al ingerir un hueso de pollo es que más adelante, en su recorrido perfore alguna víscera y te genere un problema mayor. Muchas veces, cuando el pedazo es pequeño simplemente se digiere en tu estómago y por tanto no lo observas salir. Recuerda que el hueso también tiene nutrientes que pueden ser aprovechados por nuestro sistema gastrointestinal.