Las ecografías o ultrasonido 3D permiten obtener imágenes tridimensionales del feto a través de equipos especiales que envían ondas sonoras inofensivas para el bebé desde varios ángulos y que luego son procesadas por complejos programas informáticos que finalmente dan la imagen reconstruida que observamos y permiten evaluar el estado anatómico externo e interno del feto. Esta es una opción válida y sin consecuencias dañinas en el embarazo para los controles ecográficos y que han demostrado aumentan el apego madre-hijo.