no es malo caminar sin calzado unas horas al día en un ambiente limpio y protegido, como el interior de nuestra vivienda, puede tener beneficios: ayuda a la transpiración natural de la piel, además de permitirnos descansar de tacones y hormas estrechas. Caminar sobre arena fina de playa masajea y relaja los músculos y libera la piel de durezas (actúa como un exfoliante natural). Pero la piel descubierta también está desprotegida y expuesta al medio (como le ocurre a la del rostro o las manos). Se puede deshidratar fácilmente y, por ello, los pies necesitan cuidados adicionales de hidratación, limpieza y fotoprotección cuando están al descubierto. A esto hay que añadir que la ausencia de la amortiguación que proporciona el calzado aumenta la presión que el cuerpo ejerce sobre los pies. Además de que el contacto directo con el suelo lo es también con gérmenes, residuos, suciedad, por lo cual siempre procura hacerlo sobre superficies limpias.