Si, es malo, el alcohol deprime el sistema nervioso central, afecta el habla, la coordinación muscular y los centros vitales del cerebro; un consumo muy elevado de alcohol puede, incluso, provocar un coma que ponga en riesgo la vida. Beber en exceso puede reducir las habilidades de razonamiento y disminuir las inhibiciones, lo que da lugar a decisiones erróneas y a situaciones o comportamientos peligrosos, entre ellos: accidentes automovilísticos, problemas de pareja, rendimiento deficiente en el trabajo o escuela; mayor probabilidad de cometer delitos violentos o de ser victima de uno, problemas legales, laborales o económicos; problemas con el consumo de otras sustancias; participación en relaciones sexuales riesgosas y sin protección, o ser victima de abuso sexual. El impacto a largo plazo en la salud abarca enfermedades hepáticas, provocando un incremento de grasa en el hígado y con el tiempo destrucción irreversible y cirrosis. Problemas digestivos, entre ellos, gastritis, ulceras estomacales y esofágicas. El consumo excesivo de alcohol puede dañar el páncreas o causar una inflamación (pancreatitis). Condiciona también aumento de la presión arterial y aumenta el riesgo de sufrir cardiomegalia, insuficiencia cardíaca o un ACV. En los hombres disfunción eréctil; osteoporosis, demencia. Si consumes alcohol muy seguido y en grandes cantidades, te sugiero acudas con tu médico o a grupos de apoyo, quienes te orientaran y ayudaran a dejar gradualmente el habito.