La ansiedad es un síntoma frecuente y común a distintas condiciones. Por sí sola su presencia no es indicativo de patología e incluso puede representar una necesidad en algunos contextos. Cuando esta se torna persistente, desproporcionada o recurrente en ausencia de un estímulo o contexto apropiado se torna patológica. Puede manejarse inicialmente recurriendo al apoyo de amigos y familias, hablar y expresar sus emociones contribuye mucho al manejo, complementarlo con actividades de meditación o relajación, mantener la mente distraída con actividades mentales o realización de hobbies. En casos severos o de ansiedad marcada así como en cualquier momento que considere apropiado es aconsejable el acompañamiento profesional por psicología y/o psiquiatría.