Se recomienda no mantener relaciones sexuales hasta pasadas unas 6 u 8 semanas de la operación, ya que de lo contrario podrían producirse complicaciones como una posible infección. En principio, tras este tiempo, el cuerpo femenino ya se ha recuperado, las heridas ya han cicatrizado y sanado favorablemente y la mujer ha podido superar las posibles complicaciones que hayan surgido después de la intervención.