Esto puede ser compatible con un cuadro clínico de linfadenitis, una inflamación de uno o varios ganglios secundarios a un proceso infeccioso o reacción inmune. Debes acudir al médico para recibir confirmación de diagnóstico y el manejo adecuado que suele incluir antibioticoterapia o la realización de pruebas de imagen complementarias como ecografía. Esto se puede presentar con fiebre y malestar general por lo que la visita al médico debe ser pronto. Evita la automedicación.