Por lo general no suelen estar relacionados ya que las enfermedades que podrían desencadenar ambas molestias suelen ser de larga evolución y la afectación del riñón es más microscópica en sus estructuras de filtro por lo cual no suele presentarse con dolor súbito.
Si no hay alteraciones en la orina ni fiebre asociada o calor marcado en la rodilla lo más probable es que sean síntomas aislados. Si por el contrario aparece fiebre o alteraciones en la orina (menor cantidad o cambio de color) si sería recomendable acudir a asistencia médica presencial.