La ingesta excesiva de agua de forma rápida se relaciona con molestias abdominales, pudiendo generar náuseas y vómito en algunos casos. Si bien es importante mantener una hidratación apropiada, no debe forzar a su cuerpo a ingerir mayor líquido del que puede soportar, su principal indicador de necesidad de líquido es la sed, antes de eso puede mantener una ingesta constante pero pausada a lo largo del día, a medida que se acostumbre podrá tolerar mejor la mayor cantidad de líquido.