Es importante ahondar en las características del dolor para tratar de identificar su origen. Si no ha presentado traumatismo, inmersiones recientes en el agua, fiebre o secreción por el oído, puede que en efecto no se trate de una infección. Si el dolor se exacerba con los movimientos rotacionales del cuello, puede tratarse de una patología muscular en cuyo caso le recomiendo aplicar palos de agua tibia y realizar movimientos graduales sin alcanzar el arco máximo de movimiento acompañado de analgésicos orales de venta libre por no más de 3 días.