Como tal, no es un signo claro de enfermedad, podría estar asociado a un pobre hábito de limpieza de la lengua, también por una característica individual que se denomina lengua geográfica, por un déficit vitamínico, una infección por hongos, llamada muguet, entre otras.
Las posibilidades son múltiples y para definir si existe tratamiento debe ser valorado previamente por un médico de forma presencial.