La fiebre que da a los pacientes con enfermedad por el virus de inmunodeficiencia humana es igual a la de todos los pacientes. Se determina que el paciente tiene fiebre a partir de los 38.3°C y es un signo de alarma para consulta inmediata a un servicio de urgencias ya que en este tipo de pacientes las infecciones suelen ser mas fuertes y difíciles de manejar, por lo que se debe iniciar terapia tan pronto como sea posible.