La leche materna tiene una composición especial para suplir todos los requerimientos nutricionales de los bebés. La organización mundial de la salud recomienda, de ser posible, su administración exclusiva durante los primeros 6 meses de vida y de forma complementaria en edades posteriores (2 años de lactancia). A los 40 años de edad realmente no aporta ningún beneficio dado que los adultos suplen todos sus requerimientos con la dieta o con suplementos nutricionales. No está contraindicada su ingesta en adultos, solo debe asegurarse de que cumpla todas las normas higiénicas para prevenir la adquisición de infecciones por medio de esta.