Si tu hijo es un recién nacido o un bebé menor de 6 meses y ya lo alimentaste adecuadamente (con lactancia materna), lo protegiste de las temperaturas extremas (demasiado calor o demasiado frío), y no encuentras una causa por la cual esté llorando, debes acudir a un centro de urgencias para que puedan examinarlo. Mantente atenta a si su rostro o labios cambian a un color azulado, si notas que su pecho o abdomen se mueve demasiado al respirar, o se mueven las fosas nasales. El llanto en un bebé de brazos que no mejora con comida, cambio de pañal, y adecuada temperatura del ambiente, puede deberse a muchas causas, entre ellas una infección en cualquier parte del cuerpo (cabeza, sistema urinario).