Incluso si no has presentado congestión nasal, fiebre o tos, puede que este aumento de flemas que describes sí se deba a un resfriado común, o a una faringitis viral. Es recomendable que te protejas de cambios extremos de temperatura, te mantengas abrigada del frío, y no estés cerca o consumas elementos irritantes como el tabaco. Mantente hidratada tomando al menos 8 vasos de agua al día, y esto debe resolver espontáneamente. Si observas que la sensación de ardor y la producción de flemas continúa, debes asistir a un centro de salud donde puedan realizarte un examen físico completo que permita determinar si tienes una amigdalitis complicada, faringitis, o una inflamación de los senos paranasales, que son espacios vacíos normales en la parte interior de los huesos del rostro, que pueden llenarse de moco de forma anormal y producir un escurrimiento en la parte posterior de la garganta que se sentiría como lo que tú describes.