El flujo vaginal mantiene la humedad de la vagina, evita infecciones por microorganismos dañinos, ayuda a la renovación de las células muertas de la cavidad vaginal, evita la aparición de malos olores, contribuye a la correcta lubricación para el acto sexual y en las primeras fases de la fecundación. Recuerde mantener una buena higiene local y realizar su citología anual