Los recién nacidos están constantemente haciendo del cuerpo. Por lo general comen y al rato defecan. Lo ideal es que no hagan más de 10 veces al día por lo que se debe estar atento a cualquier signo que nos indique que hay una deshidratación del bebé. Ojos hundidos, llanto inconsolable, bebe con desespero, tiene alteración en el estado de conciencia, no responde a estímulos, se les hunde la fontanela o convulsionan. Deben estar del mismo modo atentos a que las heces no contengan moco ni sangre o que el bebé haga fiebre. Cualquiera de estos escenarios ameritan una consulta inmediata al servicio de urgencias.