Para la enfermedad de Parkinson no hay una dieta específica. Lo recomendable es una alimentación balanceada rica en frutas y verduras, horarios establecidos, comidas porcionadas. Si la enfermedad se encuentra en estado avanzado, es recomendable administrar la comida en pequeños trozos. Es preferible tomar pequeñas raciones de comida, repartidas a lo largo del día y compuestas de diversos nutrientes, lo que facilitará la ingesta sin afectar el equilibrio nutricional. Además se debe tener en cuenta si presenta otras enfermedades concomitantes como hipertensión arterial, diabetes, dislipidemia, entre otras que ameritan dietas estrictas y específicas.