Con una alimentación balanceada sin excesos de ningún tipo y fraccionada, es decir: desayuno, onces, almuerzo, nueves, comida y cena. Esto disminuirá las porciones de las comidas principales y evitará los períodos de ayuno prolongados. Por otro lado el ejercicio, especialmente aeróbico, practicado 3 veces por semana mínimo 30 minutos diarios.