Principalmente hay que mantener una hidratación adecuada de la piel con cremas o lociones que no tengan alcohol o perfume (Lubriderm o acetato de aluminio), realizar baños cortos con agua tibia, usar jabones suaves (Dove o de bebé), mantener una dieta rica en frutas y verduras, abundante agua. Si con esto no la controla, es probable que requiera manejo con corticoides tópicos. Para esto es necesaria una valoración presencial para establecer la severidad de los síntomas y el requerimiento de dicho tratamiento u otros.