En las infecciones vaginales puede no haber alteración de la orina y en las urinarias lo más común es que sí haya cambios visibles en la orina (que esté más oscura, huela más fuerte o haya presencia de sedimento). El que esté normal no quiere decir que se deba descartar la infección y el que esté alterada no necesariamente indica infección. Para estos casos sería ideal hacer un examen de orina para poder descartar la infección asociada.