Son síntomas bastante inespecíficos que pueden tener origen en diversas potenciales patologías como -por ejemplo- bronquitis aguda y crónica, neumonía, pericarditis infecciosa, una simple gripe o influenza (solo por nombrar algunas). Si los síntomas son muy molestos y lleva varios días con ellos, lo mejor es consultar de forma presencial al médico tratante.