Lo primero que tiene que hacer es creerle a su médico, creerle al cardiólogo que ya lo vio, estudió y descartó problemas serios o que merecieran especial atención. Lo segundo que debe hacer es confiar en su organismo, en su salud, en su juventud, en sus cuidados. Si usted no trata mal su cuerpo y lo cuida él no tiene por qué jugarle una mala pasada. Claro que haga ejercicio, claro que sueñe con la Policía si ese es su anhelo. Tenga más seguridad en sí mismo, confíe en que las cosas saldrán bien porque ha trabajado por eso y para eso.