Las alteraciones del oído interno usualmente se asocian a trastornos auditivos o del equilibrio con síntomas como vértigo, náuseas, pitos o zumbidos en el oído o incluso disminución de la audición.
Cuando ocurra resolución del cuadro causante deberá haber control de los síntomas, por lo cual este podría ser el mejor indicador clínico de resolución del proceso inflamatorio.